Hace algunas semanas atrás, la investigadora y académica del Instituto de Acuicultura y docente del programa Doctorado en Ciencias de la Acuicultura, Dra. Ana Farías Molina, se adjudicó un proyecto Fondecyt con el que buscará evaluar el desempeño de los estados tempranos de larvas de corvina chilena y paralarvas de pulpo rojo Patagónico, alimentados con dos tipos de dietas vivas: las tradicionales Artemias enriquecidas vs los copépodos.
Según nos comentó la investigadora, las crías altriciales o de desarrollo tardío, son las que nacen ciegas, sin sistema nervioso ni digestivo desarrollado, y cuyo organismo debe madurar para alcanzar las características de un juvenil similar al individuo adulto.
Es por esto que la alimentación de estados tempranos (crías = larvas) de tipo altricial es el mayor desafío de la nutrición acuícola, ya que la evidencia señala que estas especies deben cultivarse con alimento vivo; que los alimentos formulados han tenido escaso éxito debido a la elevada inmadurez de su sistema digestivo; y que las mayores mortalidades de los cultivos de una especie marina se dan en éste estado de desarrollo.
Hipótesis de trabajo
De acuerdo a la información entregada por la docente de nuestro programa de estudios, la hipótesis de este trabajo de investigación se centra en que la dieta óptima para estas especies son los copépodos, y por lo tanto solo con ellos se pueden obtener modelos confiables de utilización de nutrientes.
«Los copépodos son el mejor alimento vivo disponible para los estados tempranos altriciales de organismos marinos porque forman parte de su cadena trófica natural. Sin embargo, durante décadas no ha sido posible disponer de una tecnología que permita manejar monocultivos de copépodos que aseguren un tamaño homogéneo de partícula», indicó la académica del Instituto de Acuicultura, e investigadora del núcleo INLARVI, de la Universidad Austral de Chile.
Ahora bien, y en lo que respecta a la problemática que dio inicio a esta investigación, la investigadora señaló que el dilema con las especies de zooplancton tradicionales, de tecnología altamente disponible y relativamente sencillas de producir en hatcheries, es que son deficientes en varios nutrientes esenciales para las larvas.
De hecho, y de acuerdo a lo expuesto por la Dra. Farías, para mejorar la calidad de estas presas zooplanctónicas se utilizan enriquecedores que resuelven principalmente la deficiencia en ácidos grasos esenciales, lo cual a su vez aumenta la energía y reduce la densidad de nutrientes esenciales no lipídicos, como son los aminoácidos esenciales y las vitaminas hidrosolubles.
Sin embargo, recientemente «se ha logrado el cultivo comercial de copépodos, de la especie Acartia tonsa, la cual por cierto es cosmopolita y habita las aguas del sur de Chile. Este cultivo comercial se produce en biorreactores y lo que se distribuye a las hatcheries son cistos de copépodos, los cuales pueden mantenerse largos periodos en estado de cistos o latente hasta que son eclosionados bajo condiciones de cultivo
controlado para llegar al tamaño deseado y así darlos como alimento a las larvas», agregó la académica UACh.
Resultados Esperados
Finalmente, la profesora doctorada en Ciencias Biológicas en la Universidad de Barcelona (España), indicó que los resultados de esta investigación serán, en una primera instancia, evaluados en términos de depositación de nutrientes y energía; desarrollo ontogénico del sistema digestivo; y respuesta al estrés de cultivo de las larvas de corvina y las paralarvas de pulpo, desde la eclosión hasta que se transforman en juveniles.
En una segunda instancia, el equipo de trabajo propondrá un modelo de crecimiento potencial a través de las diferentes etapas de maduración de las larvas de corvina chilena y de paralarvas de pulpo en base a cómo deben depositarse estos nutrientes para alcanzar el máximo crecimiento.
Mientras que en la etapa final se formularán las dietas específicas, sin desbalances de nutrientes para cada tipo de larva, en cada etapa de su desarrollo, entre la eclosión y la transformación en juvenil.
“Este proyecto se presentó en el marco del INLARVI, núcleo de investigación de excelencia de la Universidad Austral de Chile, constituido por una red interdisciplinaria de investigación avanzada para la larvicultura marina de especies con ciclos de vida complejos. En este espacio colaborativo interactuaremos con colegas especialistas en larvicultura, polímeros, transcriptómica y nutrición de nuestra Universidad, de la Universidad Autónoma de Baja California y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria”, comentó.
Concluyendo con que “el proyecto se realizará en el Hatchery de Invertebrados Marinos (HIM-UACh) del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile, Sede Puerto Montt”.