Las especies invasoras son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el planeta, generando también importantes efectos negativos sobre sectores productivos, la infraestructura y la salud de las personas.
De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Medio Ambiente, la posibilidad de que una invasión biológica sea exitosa depende de tres grupos de condiciones. En primer lugar, de las características propias de la especie exótica (invasividad de la especie); en segundo lugar, del estado o susceptibilidad del ecosistema receptor (invasibilidad del sitio); y, por último, de la intensidad o cantidad de individuos exóticas que están llegando, es decir, de lo que se conoce como presión de propágulos.
En el caso de la anémona Metridium senile, que es nativa del Hemisferio Norte, ha sido catalogada como especie invasora en la costa chilena dada su alta agresividad.
Es más, dicha especie es responsable de la ocupación de grandes extensiones de sustrato bentónico, lo cual a su vez es una amenaza para especies de importancia comercial como los erizos de mar.
En Carelmapu, localidad pesquera de la región de Los Lagos que es una de las áreas de estudio del Programa de Investigación Pesquera de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt, ha aumentado su cobertura desde un 5% en 2016 a un 50% aproximadamente en 2021.
Su alta jerarquía competitiva está basada en su rápida proliferación por fragmentación de su disco basal (reproducción asexual) y por su agresividad, ya que se ha reportado que usa sus tentáculos especializados que incluso pueden dañar a otras anémonas.
Se ha observado, también, que M. senile ‘sofoca’ a la mayoría de los nuevos reclutas deslizándose sobre ellos con su disco pedal, matando a todos los demás ocupantes y generando así aumento del espacio libre que luego es ocupado por ella.
Ante esta realidad, en conjunto con las comunidades pesqueras asociadas al Proyecto FIPA N°2021-36: «Estudio de la ecología, gestión y manejo de la anémona de mar del género Metridium en las localidades de Maullín y Carelmapu en la región de Los Lagos», se propuso -como una posible medida de mitigación- evaluar la opción de repoblar con cholgas y otros mitílidos para generar sustrato alternativo.
¿Por qué se decidió mitigar repoblando con mitílidos?
Los mitílidos o “choritos” son moluscos bivalvos conocidos como ingenieros ecosistémicos, ya que se agregan en el fondo o bentos marinos para otorgar sustrato y protección a otras especies; y como colonizadores primarios de sustratos duros y filamentosos en estuarios y áreas costeras.
El sur de Chile tiene una rica diversidad de mitílidos que son importantes formadores de hábitat, lo cual hace que sean una opción real para la restauración de bancos explotados. Por ejemplo, se ha reportado que asociados a bancos de Aulacomya atra “cholga” se han registrado más de 100 especies distintas.
Ante esta alternativa, el Sindicato de Pescadores Artesanales ASTIMAR de Astilleros, comuna de Maullín, solicitó a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura la autorización de experimento de repoblamiento en el área de manejo de recursos bentónicos denominada “Lenqui Punta Santa Teresa”, en la región de Los Lagos, siguiendo la normativa referida a la Ley de Pesca y Acuicultura y sus respectivos reglamentos.
Tras la revisión formal y luego de su aprobación, tanto el equipo del Programa de Investigación Pesquera UACh como los pescadores de ASTIMAR procedieron a la implementación de tres cuadrantes de 5x5M cubiertos con mitílidos (A. atra de preferencia), los cuales fueron adquiridos en centros de cultivo y fueron trasladados a la zona de Astilleros en sus respectivas cuerdas de cultivo.
Allí se realizaron filmaciones submarinas, las cuales se repetirán para ir monitoreando el experimento.
De momento se espera que M. senile compita con los mitílidos, ya que por su capacidad de desplazamiento podría colonizar el sustrato de las conchas de mitílidos. Además, considerando que los mitílidos forman un sustrato complejo, se espera que a lo largo del periodo de muestreo otras especies puedan colonizar el “nuevo sustrato”, incluyendo el asentamiento de nuevas especies bentónicas.
Durante el proyecto se evaluará continuar con el seguimiento de esta experiencia al menos dos veces al año por los siguientes 36 meses, en caso de que los mitílidos persistan.
Referencias