Actualmente distintas instituciones internacionales han relevado la acuicultura por distintos aspectos. En la Declaración de Shangai (2021) se reconoce en primer término el papel crucial que desempeña la acuicultura en la seguridad alimentaria mundial, su producción ha permitido cubrir en gran medida la brecha existente entre la oferta y la demanda de alimentos de origen acuático.
En segundo lugar, se establece que esta actividad no solo aporta a la seguridad alimentaria, sino que proporciona medios de vida, empleos, e ingresos económicos. El Director General de la FAO en la Conferencia Mundial sobre la Acuicultura Milenio +20 indicó que la acuicultura es uno de los sectores agroalimentarios de mayor crecimiento y cuya expansión se prevé en Asia, África y América Latina y el Caribe. Por otra parte, la acuicultura es uno de los sectores seleccionados por la Economía Azul Sostenible (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2021)
A nivel nacional, la acuicultura es uno de los sectores económicos de mayor relevancia. Las cosechas acumuladas a febrero de 2023 fueron de 296,5 mil t, cifra 6,3% mayor a lo registrado a igual fecha del año 2022. Los peces aportaron con el 64,9% del total de la acuicultura; mientras que los aportes de los moluscos y algas fueron de 33,2% y 1,9%, respectivamente, los que suman el 94,8% del total cosechado (Subpesca, 2023).
Reconociendo la importancia de esta actividad a nivel mundial y nacional y las responsabilidades que le competen, es necesario además reconocer que enfrenta importantes desafíos que se enmarcan en los ámbitos sociales, ambientales y de gobernanza. Este contexto impone un gran desafío respecto de como enfrentar el rol de la acuicultura en el ámbito de la formación de capital humano.
La formación en acuicultura en Chile partió con programas de formación técnica y profesional centrados en la definición más clásica y básica de la acuicultura: el cultivo de organismos acuáticos. En la formación técnica el enfoque es el trabajo en las instalaciones de acuicultura propiamente tal y específico en el ámbito de desempeño.
En la formación profesional esta definición abordaba y aborda los aspectos biológicos de las especies de cultivo, la ingeniería como disciplina desde la cual se abordan los sistemas de cultivo, y como tercera disciplina la administración de empresas y gestión, considerando que esta actividad es un negocio, y por lo tanto con un foco en que el negocio sea rentable. Luego se incorporó el emprendimiento para darle un mayor impulso al ejercicio libre de la profesión, y como un eje que fue transversal a la mayoría de las carreras.
Al revisar los programas de formación de otros países se observa que existen programas en acuicultura en los niveles profesionales, magíster y doctorados, y con varios otros programas basados en otras disciplinas que aportan con tesis desarrolladas en base a problemas de la acuicultura.
China destaca por el alto número de programas en acuicultura y Nueva Zelanda destaca por el bajo número de programas en acuicultura, pero el alto número de programas de otras disciplinas que están aportando al conocimiento en acuicultura. Es así que, si bien es cierto los programas de formación acuícola cumplen un rol importante en la industria, la acuicultura también se beneficia de la formación de profesionales de diversas disciplinas.
Actualmente, la formación de postítulo y postgrado también tiene que ir adecuándose a nuevas opciones que no eran tan obvias previo a la pandemia, por ejemplo, desarrollar o adecuar programas a las modalidades semipresenciales, en las que la semipresencialidad pueda ejecutarse vía online.
Esto para nuestro país podría significar una opción real, no solo de capturar estudiantes extranjeros, sino que llevar el conocimiento y experiencia en la formación acuícola a otros países, y también vincularnos con la acuicultura de otras especies que son relevantes en el mercado de la acuicultura.
En esta línea resulta interesante también dar opciones para que otras disciplinas puedan especializarse en áreas específicas involucradas en las diversas ciencias que aportan a la acuicultura poniendo así en práctica la interdisciplinariedad.
Por ejemplo, los magísteres de orientación profesional son una alternativa de perfeccionamiento atractiva para profesionales afines a la acuicultura de corto plazo en el cual el foco es la adquisición de herramientas para un mejor logro de metas en sus propios medios laborales, realizando trabajos de graduación (equivalente a una tesis en un magíster académico) que pueden ser problemáticas directamente vinculadas a los desafíos que enfrentan en sus trabajos.
En este contexto, en la Universidad Austral de Chile (UACh) se ha ido consolidando en la formación de postítulo y postgrado en acuicultura como un medio para dar continuidad a la formación profesional en ámbitos de mayor especificidad, y que podrían ser atractivos para profesionales de distintas disciplinas (magíster profesional y postítulo), y también en formación doctoral.
En esta consolidación ha sido clave el estar situados en el epicentro geográfico de relevancia mundial para la acuicultura, lo cual nos permite operar como un sensor de las necesidades de conocimiento científico pertinente y de excelencia en ciencias de la acuicultura.
Esto sin duda no sería posible sin la vinculación con el sector acuícola, la industria y sus proveedores, y también con la institucionalidad pública con competencia en la acuicultura, y manejo de recursos hidrobiológicos en general. Conocer los desafíos que como país enfrentamos en estas áreas es imperativo para proporcionar una formación de postítulo y postgrado de excelencia y a la vez con pertinencia.
Actualmente los programas de magíster profesional ofertados por la UACh son semipresenciales permitiendo que el primer año sea online, y el segundo presencial. El programa de Doctorado en Ciencias de la Acuicultura es presencial, pero con un régimen flexible concentrando las asignaturas obligatorias el primer año durante jueves y viernes. Todos los programas son colegiados, integrando académicos de diversas facultades y disciplinas, así como profesores colaboradores desde el sector privado.
Nuestros estudiantes provienen de diferente formación de pregrado y de distintas universidades nacionales y desde el extranjero (Colombia, Cuba, México, Venezuela, Honduras, Argentina), así como con distintos niveles de experiencia y distintas experiencias (investigación, desarrollo profesional en el sector privado, público, etc.). Esto resulta muy beneficioso para su formación debido a que se complementan en sus enfoques, se enriquece la discusión de las actividades académicas y a la vez se generan redes significativas que continúan operando más allá del tiempo de duración del programa.
Como institución de formación de postítulo y postgrado en acuicultura reconocemos que existen aún desafíos que se deben resolver para favorecer estos espacios de formación como el financiamiento, el tiempo de dedicación de los estudiantes y la actualización permanente de los programas.
Sin embargo, también hemos visto un importante aumento en el interés por postular a los programas, lo cual refleja que las personas valoran este espacio de formación y lo reconocen como un medio de contribuir a que la acuicultura se desarrolle de manera sostenible y es lo que esperamos como institución. Esperamos que este espacio sea cada vez más valorado, especialmente por su diversidad y su diversidad y años de trayectoria en la capital de la acuicultura en Chile.