En diciembre, Hans Sporman Nahuelhuaique, estudiante de la comunidad sorda, logró desbloquear otra etapa en su vida: terminar la universidad y obtener su título profesional. Después de años de estudio, lejos de casa y abriéndose camino en un entorno dominado por personas oyentes, Sporman cerró su año con la satisfacción de realizar su examen de grado a distancia, con la calificación máxima, lo cual le permite hoy ser oficialmente un Profesor de Educación Diferencial, vocación que ya ejercía hace algunos años.
La noticia de la titulación de Hans no solo alegró a sus familiares y entorno cercano, sino que significó un importante antecedente dentro de la Universidad Austral de Chile y, por supuesto, en la comunidad sorda del sur del país, ya que mientras Sporman estudiaba en Puerto Montt fue mostrando a sus pares, sobre todo a los más jóvenes, su perfil de líder y modelo a seguir dentro de su comunidad.
Profesionalizar la vocación
Para Hans, este camino no fue fácil. Sobre su permanencia como estudiante en Puerto Montt, explica que “estudié durante 6 años, y ese tiempo para mí fue un poco difícil. Significó harto esfuerzo, trabajo, y así fui avanzando, aprendiendo y conociendo diferentes contenidos, actividades, profesores, además de conocer diferentes métodos e ideas. Eso fue la universidad en general”.
En ese sentido, emprender la misión de obtener un título profesional implicó para él separarse de su familia, que estaba en Punta Arenas. Al respecto, Sporman dice que “para mí, hubo momentos difíciles por el traslado y los viajes. Con mi familia hicimos un acuerdo: que para fines de semana o fines de semana largos no viajara, porque suben los pasajes y son muy caros hacia Punta Arenas. Solo viajaba en las vacaciones, en julio y en verano. Esa era la única opción que tenía. Era difícil viajar por la situación económica”.
A pesar de ello, Hans logró crear una comunidad inclusiva dentro de la UACh, y extenderla a Puerto Montt y alrededores. Su principal inquietud era poder organizar una comunidad sorda que pudiera relevar temáticas importantes desde sus propias experiencias. Así, queriéndolo o no, este profesor se erigió como una figura de liderazgo y representación en temas como la inclusión, el acceso y la educación, sobre todo para niños/as y jóvenes sordos/as.
Al respecto, Sporman reflexiona sobre la huella que dejó como estudiante en esta comunidad y explica que “lo más importante es que como persona sorda usé mi derecho para entrar a la universidad y conocer las diferentes carreras que hay. Es importante que las personas sordas sepamos cuál es nuestra vocación para elegir lo que nos gustaría hacer en el futuro. Yo como persona sorda ingresé, y eso puede ser un modelo para que otros sordos puedan ser profesionales. Esto requiere esfuerzo, para que en el futuro logren trabajar e incluirse dentro de la sociedad”.
En cuanto a la inclusión, tema donde siente que aún es posible avanzar, agrega: “que las personas conozcan a más personas sordas es vital. Es necesario que la universidad aporte en inclusión, por ejemplo, en la accesibilidad para personas sordas y para personas en situación de discapacidad en general, que se siga potenciando la comunicación en lengua de señas y el apoyo al trabajo de PIES (Programa de Inclusión en la Educación Superior de la Universidad Austral de Chile)”.
Seguir luchando
En 2018 creó la organización En Señas, la cual nació principalmente con el objetivo de promover el desarrollo educativo de personas sordas. Hoy, lo que moviliza a Hans es la misma convicción, pero desde otros espacios.
Para él, uno de sus principales objetivos es que quienes pertenecen a la comunidad sorda en la Universidad Austral de Chile y otras instituciones de educación superior sigan estudiando, lleguen a ser profesionales y logren ejercer como tales. De igual manera, Hans considera importante socializar las experiencias en este camino hacia la profesionalización.
“A los estudiantes de los liceos, de tercero y cuarto medio, les digo que esto es muy importante; los estimulo y les digo que, en el futuro, ellos pueden ser profesionales también. Tienen muy metida la idea de que la universidad es difícil, y no es tan así. En general lo es, pero ellos pueden hacerlo. Los sordos pueden entrar a la universidad y permanecer ahí hasta lograr el título profesional”, agrega.
Actualmente, Hans se encuentra en Punta Arenas con su familia. Desde allí ha recibido diversas ofertas tanto de su misma casa de estudios como de otras instituciones para trabajar en espacios que promuevan la lengua de señas y la inclusión en estos espacios.
Al respecto, su profesora guía en el proceso de tesis, la Directora del Instituto de Especialidades Pedagógicas, Dra. Karina Muñoz Vilugrón, comentó que “veo a Hans como un profesional que va a hacer una tremenda contribución a la educación de sordos, porque él tiene experiencia personal, sabe lo que es mejor y lo que no es tan bueno, y de esa forma, ahora con una formación en la docencia, podrá contribuir en el espacio en que se desarrolle. Creo que esto va a ser muy importante para el futuro de estudiantes sordos que puedan tenerlo como profesor”.
Javiera Altamirano, Ingrid Andrade, Hans Sporman y Patricia Treufo desarrollaron la investigación “Estrategias de enseñanza empleadas con estudiantes sordos en la asignatura de Lenguaje y Comunicación en establecimientos educacionales de la ciudad de Puerto Montt”, un trabajo que permitió recoger información relevante de los propios estudiantes sordos.
Sobre el aporte del ahora ex estudiante, la académica de la UACh agrega: “Creo que tener en el equipo a un profesional sordo va a ser de gran relevancia para cualquier establecimiento que quiera incorporarlo a sus equipos. Pienso que con Hans, vamos a poder brindar desde la universidad a un profesional que va a ser un gran aporte para la sociedad, y sobre todo, desde la mirada de una persona sorda”.
Sobre los desafíos en el campo de la educación, Sporman dice que, para lograr una verdadera inclusión, uno de los pasos necesarios en la educación chilena es contar con personas sordas involucradas en ella. Del mismo modo, cree que es importante que las y los profesionales sordos visibilicen sus experiencias y puedan ser modelos a seguir para las y los estudiantes. Así, la comunidad podrá ver que realmente es posible ser una persona sorda y también profesional en el campo de su interés. Sin embargo, la tarea también es para la sociedad de oyentes: cambiar la visión, y también valorizar la mirada y el aporte que realiza una persona sorda.
“Es necesario que la sociedad, que las personas oyentes vean esto y cambien su mirada por completo, porque gran parte de la sociedad tiene una mirada anticuada y errada al respecto. Nosotros debemos luchar para que la sociedad cambie. Hay quienes ya somos profesionales y debemos visibilizarnos para ser una comunidad inclusiva, mostrándonos para que las personas cambien la idea que tienen y entiendan que las personas sordas sí pueden ser profesionales, que pueden entrar a diferentes carreras. Sí se puede”, expone.
Hoy, Hans y muchas personas de la comunidad sorda han encontrado barreras en el contexto de la comunicación y la nueva modalidad producto de la emergencia sanitaria del coronavirus, la cual, según explica, muchas veces dificulta el contacto entre no oyentes debido a las problemáticas de una videollamada, la dificultad que algunos tienen con el lenguaje escrito, y principalmente por la imposibilidad de mantener una conversación presencial, elemento clave para lograr una comunicación efectiva.
Desde Punta Arenas, desde donde nos concede esta entrevista, Hans Sporman espera concretar algunas de las ofertas que ha recibido como profesional, dice que extraña Puerto Montt debido a los vínculos que allí forjó y, sobre todo, espera poder reactivar con más fuerza su rol como activista y educador junto a la comunidad sorda.
Nota: La Sede Puerto Montt y el Programa FID (Formación Inicial Docente) le entregaron a Hans la posibilidad de preparar su examen de grado con 2 intérpretes en lengua de señas chilena (LSCh).