La asociación que se hace a los postulados de la actual extrema derecha alemana con los dogmas del nazismo ha generado que su reciente posicionamiento electoral, tanto en Alemania como en otros Estados europeos, sea motivo de interés y de análisis desde distintos lugares del orbe. Ante esto, resulta interesante señalar qué es lo que ellos defienden.
Uno de los principales postulados lo encontramos en la defensa de la identidad nacional y su rechazo a la Unión Europea. Para ellos, la adscripción estatal a la Unión Europea ha creado una identidad política de facto que muchas veces colisiona con la identidad propia de los Estados, lo que ha significado potenciar al nacionalismo como un instrumento de defensa identitaria.
Otro factor que ha generado el ascenso de la extrema derecha está dado en función los efectos socioeconómicos y socioculturales que produce la migración ilegal, lo que pasó a ser un factor de discusión política no sólo en Alemania y Francia, Estados pilares de la Unión Europea, sino también en otros Estados de la Unión, tales como Holanda, Austria, y Polonia, entre otros, lo que hizo despertar en esas sociedades a un nacionalismo que ha extremado sus posiciones.
De esta forma, los efectos de la crisis económica en Europa y la “amenaza” de la migración ilegal, ha dado lugar a la irrupción de un discurso nacionalista de carácter simplista que entiende como soluciones a las amenazas existentes en sus propias sociedades el dejar caer a las economías europeas en crisis y, en algunos casos, la salida de la Unión Europea, así como el cierre de fronteras con la respectiva negación de la ciudadanía y la expulsión a los migrantes ilegales.
Ante esto, considero que el actual ascenso electoral de la extrema derecha no supone necesariamente un fortalecimiento de los dogmas asociados al nacionalismo extremo, sino que una muestra de rechazo ciudadano a las políticas que los gobiernos de turno han implementado a la hora de enfrentar las distintas crisis en las que se ha visto envuelto. De hecho, y analizando los resultados electorales del pasado reciente en Europa, se puede señalar que el ascenso electoral de la extrema derecha es circunstancial e instrumental y no explicita en sí una adhesión ideológica de sus votantes actuales a lo que son sus postulados basales.