El triunfo de Chile respecto a la demanda que Bolivia interpusiera ante la Corte Internacional de Justicia fue un hito que políticamente quedó eclipsado ante los errores que tuvo el gobierno, especialmente en la última parte del año. Si bien es cierto el triunfo en el Alto Tribunal da cuenta de una Política de Estado, eso no era una limitante para que el gobierno pudiera aprovechar el feliz momento en aras de poder maximizar sus apoyos en torno a otras políticas. Las malas decisiones –adoptadas en temas considerados esenciales, tales como la relación con el pueblo mapuche y la recuperación de las confianzas ciudadanas en las instituciones–cortaron la luna de miel que generaron el triunfo en La Haya y la promulgación de la Ley de Identidad de Género. Así entonces, y dentro de las malas decisiones, hay tres que destacan. En orden cronológico, identifico las siguientes: la pasividad normativa que el gobierno ha mostrado en torno a los temas medioambientales en Quintero y Puchuncaví. En segundo lugar, el haber potenciado el clima de militarización en La Araucanía a través de la introducción en la zona a un grupo policial que condicionaba el principio de unidad de nuestro ordenamiento jurídico, lo que lamentablemente se evidenció con el asesinato de un comunero mapuche a manos de miembros del GOPE. La conjugación de estas situaciones no sólo significó la Salida del General Director de Carabineros y de varios Generales del alto mando sino también una interpelación al Ministro Chadwick y una activación del rechazo social respecto a la forma en la que se ha enfrentado la relación con el pueblo mapuche. Por último, la negativa del gobierno a asistir al Acuerdo de Marrakech referido a regular de manera segura la Migración. Esta decisión, significó ir en contra de la actitud multilateral que ha tenido el Estado de Chile en los últimos años, especialmente en temas asociados a los derechos humanos. Estos graves tres errores estratégicos del gobierno de Sebastián Piñera han potenciado una imagen de derecha que él mismo ha buscado eliminar del acervo ciudadano, condicionándose el éxito que a él le significó situarse en el centro político.