A ojos de la experta, Chile ha avanzado bastante en materia de bienestar animal aplicado a peces, sin embargo, señala que aún existen aristas por resolver, sobre todo, en materia de capacitación y creación de protocolos estandarizados de evaluación del bienestar animal a nivel local.
Asegurar el bienestar animal en los peces de cultivo, y por ende su calidad de vida, se ha convertido en una herramienta de gran relevancia en la producción de salmónidos a nivel internacional, ya que la aplicación de este concepto permite mejorar el desempeño productivo del sector. La industria chilena del salmón no ha quedado ajena a esta tendencia e igualmente ha estado trabajando el concepto de bienestar animal para avanzar hacia operaciones más competitivas y sostenibles.
Para ahondar en la materia, AQUA conversó con la Dra. Sandra Bravo, investigadora y directora del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile (UACh), quien recalcó la importancia de avanzar en esta materia. “En ausencia de nuevas alternativas farmacológicas y vacunas efectivas para el control y prevención de las enfermedades que afectan a los salmones, y considerando la mala percepción del consumidor hacia el uso de fármacos, se ha centrado la atención en las necesidades de los peces cultivados. Ha habido un gran cambio a nivel mundial y la mayoría de los países productores de salmón ha adoptado protocolos e indicadores productivos para evaluar el bienestar animal, lo que ha obligado a que Chile también incorpore el bienestar animal como una de las estrategias para mejorar los procesos productivos”.
Sin embargo, agrega que “el hecho de contar con protocolos internos de bienestar animal no es por sí solo una señal de que se está abordando adecuadamente el tema. Es altamente relevante la educación y capacitación en bienestar animal de los profesionales y personal que se desempeña en la producción de peces, lo que debe ser considerado como una inversión y no como un gasto. El cultivar a los peces teniendo en consideración su bienestar contribuye a incrementar la productividad y rentabilidad del negocio y a mejorar la imagen de la industria”.
Una iniciativa enfocada en avanzar en temáticas de bienestar animal dentro de los sistemas de cultivo de salmónidos en Chile fue el proyecto “Determinación y aplicación de indicadores operacionales de bienestar animal en salmónidos cultivados en agua dulce”, financiado por el Fondo de Investigación Pesquera y de Acuicultura (FIPA) y liderado por la Dra. Sandra Bravo, cuyo objetivo general fue identificar y determinar indicadores operacionales (IOBs) de bienestar animal en salmónidos en las etapas de agua dulce durante reproducción, alevinaje y esmoltificación.
“En la salmonicultura, la etapa de crianza en agua dulce es una de las más importante dentro del proceso productivo. Durante esta etapa, la crianza está centrada en obtener smolt robustos que puedan enfrentar los desafíos a los cuales se verán enfrentados en el mar, los cuales no podemos controlar y que son los que contribuyen a desencadenar enfermedades, por lo que el proyecto estuvo centrado en esta etapa de desarrollo”, explica la investigadora, añadiendo que, para conocer las prácticas operacionales y de manejo aplicadas en la producción de salmones en agua dulce, “se diseñaron encuestas, las que fueron aplicadas a 60 pisciculturas pertenecientes a 17 empresas salmoneras, lo que correspondió al 38,46% del universo total de pisciculturas que operan en Chile”.
Con respecto a los resultados generados, Sandra Bravo señala que “identificamos 42 potenciales indicadores operacionales de bienestar (IOBs) para aplicar en la producción de salmones en agua dulce, los que fueron sometidos a discusión y validación en dos talleres de trabajo ejecutados en el marco del proyecto, lo que finalmente arrojó 30 indicadores operacionales, agrupados en 15 IOBs indirectos y 15 IOBs directos, basados en el ambiente, en el manejo de la producción y en el pez”.
En cuanto a la importancia de determinar aquellos indicadores operacionales, la experta indica que “evaluar el estado de bienestar de un pez en sistemas de cultivo no es una tarea fácil, ya que requiere de tiempo y es técnicamente complejo. Para ello, se necesita disponer de indicadores operacionales de bienestar que sean confiables, viables, y repetibles. Para evaluar el estado de bienestar de los peces es necesario utilizar indicadores directos, medidos en el animal, e indicadores indirectos basados en los recursos entregados a los animales sometidos a cultivo. Actualmente, se recomienda dar mayor énfasis a los indicadores directos en los protocolos de bienestar”.
Para cerrar, la experta señala que “en Chile, a pesar de que la ley N° 20.434 en su Artículo 13 F, mandata que la acuicultura debe contemplar normas que resguarden el bienestar animal y procedimientos que eviten el sufrimiento innecesario, no se cuenta con protocolos estandarizados de evaluación del bienestar animal, lo que lleva a que, entre centros de cultivo, se evalúe el bienestar animal de diferentes maneras o no se evalúe”. De allí la necesidad de que se pueda avanzar en la materia, con el fin de que se pueda tener información certera acerca de cómo se está aplicando el bienestar animal en la producción de peces.