Se hace fundamental que el Estado esté dotado de funcionarios que no sólo sean especialistas en sus respectivas disciplinas, sino que también estén altamente capacitados en todo lo que se relaciona al entendimiento del aparataje público.
El artículo 1.4 de nuestra Constitución establece que el “Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común…”. Ante esto, y a fin de cumplir con estos propósitos, se hace fundamental que el Estado esté dotado de funcionarios que no sólo sean especialistas en sus respectivas disciplinas, sino que también estén altamente capacitados en todo lo que se relaciona al entendimiento del aparataje público. Esto es así, ya que el sector público tiene una dinámica propia y cuadros normativos especiales, lo que configura a la administración pública como un espacio laboral con características propias y muy diferente a la forma en la que se gestiona el sector privado. Así entonces, y en función del proceso modernizador en la gestión el Estado y del cumplimiento estricto a los principios de eficiencia y eficacia, es que resulta esencial que toda persona interesada en ingresar a la administración descentralizada o desconcentrada del Estado tenga los conocimientos iniciales que le permitan insertarse a la brevedad a cualquier repartición pública a fin de convertirse en un aporte en el objetivo del Estado de contribuir al bien común.