La empresa familiar tiene una innegable importancia en las economías a nivel global, contribuye de manera significativa al produto bruto, al empleo y crecimiento a nivel global. Sin embargo, esta relevancia se contrapone con su realidad. Sólo seis de cada cien de ellas supera la tercera generación de la familia, situación que se manifiesta de forma generalizada a nivel mundial.
Esta falta de continuidad tiene múltiples explicaciones. La gran mayoría se encuentran al margen de la propia eficiencia de la empresa, radicándose principalmente en el seno de la familia empresaria. La existencia de fuertes vínculos afectivos, las continuas interacciones y la interdependencia de los sistemas familiar y empresarial son factores que influyen en el éxito de la empresa y su viabilidad.
De este modo, la influencia familiar en la empresa se materializa a través de la presencia de la familia en la propiedad, en el equipo de gestión y en el directorio y, permite a los miembros familiares perseguir su visión, aportando el contexto, el significado y la razón de ser de la participación familiar en la empresa, dando forma a los comportamientos idiosincrásicos que afectan el proceso de toma de decisiones estratégicas en la empresa familiar.
A pesar de que la influencia familiar implica un conjunto de ventajas para la empresa familiar en comparación con sus pares no familiares, por ejemplo: su visión de largo plazo, las relaciones con proveedores, clientes y trabajadores basadas en la confianza y lealtad, el capital social, los recursos y capacidades únicos derivados de la interacción de los miembros familiares en la familia y en la empresa y, en el rendimiento. Al mismo tiempo, esta influencia familiar puede tener efectos negativos en la empresa familiar y ser fuente de conflictos entre los miembros familiares y de éstos con los trabajadores y/o directivos no familiares, provocando desastrosas consecuencias para la empresa y para la familia propietaria. En efecto, el conflicto es común en las empresas familiares, especialmente el conflicto en las relaciones, como resultado del traspaso y solapamiento de las relaciones y asuntos familiares en los sistemas familiar y empresarial. Este tipo de conflicto es particularmente nocivo, por cuanto está conectado con emociones y componentes afectivos negativos entre los miembros familiares que deterioran la satisfacción y el rendimiento. Esta problemática se ve potenciada con la incorporación de las sucesivas generaciones y puede poner en riesgo la continuidad de la empresa familiar, especialmente, cuando afecta los procesos de sucesión.
Por tanto, resulta esencial que los directivos conozcan la importancia de fortalecer y aprovechar la dimensión positiva de la influencia familiar. La cercanía y los fuertes vínculos afectivos que son característicos en las empresas familiares. El manejo eficiente de la cercanía, la historia común, los vínculos afectivos, entre otros aspectos, fortalecerá la comunicación entre los miembros familiares y generará un marco mental de compromiso afectivo con la empresa que los llevará a trabajar juntos y dar lo mejor de sí para contribuir al éxito de la empresa y al bienestar de la familia a través de las generaciones.
Ismael S. Barros Contreras, Dr. en Economía de la Empresa, Universidad de Valladolid, España; MBA Magíster en Gestión Empresarial, Universidad Técnica Federico Santa María; Licenciado en Administración de Empresas, Universidad de Santiago de Chile; Ingeniero Comercial, Universidad de Santiago de Chile; Contador Público y Auditor, Universidad Austral de Chile. Profesor investigador en empresa familiar Universidad Austral de Chile.