En su origen, en 1954, la Universidad Austral de Chile (UACh) se impuso velar por el desarrollo de las poblaciones del sur de Chile. El logro de la autonomía en la década siguiente junto con el aumento del número de carreras, cuerpo académico, investigaciones y extensión artístico-cultural, principalmente en Valdivia, marcaron la segunda mitad del siglo XX, a pesar de las adversas condiciones impuestas por la dictadura y el magro aporte del Estado a las universidades regionales tradicionales.
Con audacia la UACh logró extender su misión a la región de Los Lagos en 1989, con la creación del Campus Pelluco y desde el 2008 la Sede Puerto Montt; y en Aysén (Coyhaique), el Centro Universitario de la Trapananda en 1993 y desde 2010 el Campus Patagonia. La tendencia “hacia el sur” de la UACh coincide hoy con el intenso proceso migratorio desde la zona norte hacia el centro y sur, y en ello muchas ciudades y provincias han comenzado a ver incrementos en cifras de nuevos habitantes. Según el INE (2020 [base 2017]), en la zona sur, Los Lagos con cerca de 830.000 habitantes, constituye la región con mayor “atractivo migratorio”, especialmente para las regiones vecinas de Los Ríos y Aysén.
La nueva configuración territorial de la Universidad “compleja, multi regional y descentralizada” ofrece indudables beneficios y oportunidades para quienes estudian y trabajan en ella como para el entorno social, cultural y económico donde se inserta. En el caso de Puerto Montt, nodo marítimo-terrestre de los territorios meridionales y patagónicos del continente, la UACh se encuentra en un punto de inflexión significativo para el desarrollo de la institución y la región. Su nuevo Plan de Desarrollo 2020-2023 busca mejorar el bienestar de su comunidad, fortalecer la investigación y vinculación con el medio, así como su infraestructura en sus tres Campus (Pelluco, Costanera y Dos Esteros), implementando 21 carreras para 2023 en áreas de ingeniería, salud (humana y animal), educación, ciencias sociales y administración, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de antiguos y nuevos habitantes, aportar al estudio y sostenibilidad del medio ambiente y patrimonio cultural y aportar a la descentralización del conocimiento, ideal que sostiene desde sus inicios.