El jueves 10 de septiembre conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio en un contexto de confinamiento y cuarentena que no debemos pasar por alto. Pese a haberse logrado una baja en los suicidios de jóvenes en los últimos años, la actual crisis sanitaria nos golpea con factores de riesgo propios como son el aumento de la violencia intrafamiliar y de género, duelo por enfermedad o muerte de familiares, estrés laboral y económico por las nuevas condiciones de teletrabajo y/o cesantía, desgaste en el personal de salud y postergación de consultas, y por sobre todo el aislamiento social (distinto al aislamiento físico que buscamos para evitar contagios) en jóvenes, adultos mayores y enfermos crónicos. Si bien llevamos cierto tiempo intentando adaptarnos a esto, el suicidio sigue siendo una fuente de preocupación, pues lo extendido de la crisis genera un desgaste lento pero progresivo de los recursos económicos, sociales y psicológicos de las personas y familias, en un país que aún no ha querido mirar a la salud mental de las personas como uno de los ejes centrales de su bienestar.
Pero no todo horizonte es oscuro. Por un lado, la autoridad en salud lanzó una nueva Guía de prevención del suicidio en tiempos de COVID-19. Además, los aumentos de llamados a líneas telefónicas como Salud Responde y Todo Mejora demuestran que la vergüenza y estigma por buscar apoyo psicológico ha ido decreciendo.
Por otro lado, el suicidio ha dejado de entenderse por la OMS como enfermedad psiquiátrica como la depresión, y es visto como un problema de salud mental que puede prevenirse al promoverse esta última. Así, es necesario celebrar iniciativas como la Red de Voluntarios de Primeros Auxilios Psicológicos de la SSDR en la que hemos participado profesionales, estudiantes y docentes, y que ha ofrecido apoyo a aquellos internados en residencias COVID de la región. Además, nuestro Magister en Psicología Clínica, ha convocado a sus estudiantes a elaborar proyectos de promoción de la salud mental en contexto de pandemia los que serán presentados a la comunidad en el seminario online “Espacios y quehaceres clínicos contemporáneos” el 25 y 26 de noviembre.
Así, toda nueva iniciativa de la comunidad es un paso importante hacia la prevención.