Este 20 de julio se conmemoran 54 años de la llegada del primer humano a la Luna, hito que marcó la victoria de EE. UU. en la carrera espacial. Esta competencia entre EE. UU. y la URSS, motivada principalmente por fines políticos, comenzó en 1957 con el lanzamiento del Sputnik 1 por los soviéticos.
La reacción de EE. UU. a este golpe significó la creación de la NASA en 1958. Pero en 1961, los rusos asestarían otro golpe: Yuri Gagarin se convirtió en el primer humano en llegar al espacio. Ese mismo año, el presidente norteamericano John F. Kennedy se comprometió a enviar una persona a la Luna antes del fin de la década. El objetivo se cumplió el 20 de julio de 1969, cuando los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin, a bordo del Apolo 11, pisaron suelo lunar, marcando el apogeo de la carrera espacial.
Hoy, se habla de una nueva carrera espacial, aunque con actores diferentes. Empresas privadas, como SpaceX, Blue Origin y Axiom Space, le han dado un nuevo impulso a la exploración espacial. China también ha ganado relevancia, destacándose con la misión Tianwen 1, que en 2021 puso al rover Zhurong en Marte.
Pero al igual que hace medio siglo, el objetivo principal de esta nueva carrera sigue siendo la Luna. Por un lado, la NASA lidera el proyecto Artemis, que busca enviar humanos a la Luna en 2025. El proyecto tiene la colaboración de SpaceX, encargada de la construcción del sistema de aterrizaje humano, Starship.
Por su parte, China, con el Proyecto Chang’e, planea construir una estación de investigación lunar antes de 2029 y enviar misiones tripuladas en la próxima década. Rusia tampoco se ha quedado atrás, y tiene en sus planes la misión Luna 25, la cual debería despegar en los próximos meses, tras múltiples retrasos.
En definitiva, estamos presenciando el amanecer de una nueva era en la exploración espacial, una que combina la ambición de las naciones y el ingenio del sector privado. Aunque la competencia y el deseo de demostrar superioridad siguen siendo factores impulsores, la colaboración y la cooperación también están emergiendo como elementos clave en esta nueva carrera espacial. Con la Luna una vez más en la mira, y Marte en el horizonte, estamos en el umbral de logros científicos y tecnológicos sin precedentes.