Hace algunos días nos enteramos del lamentable fallecimiento de Katherine Johnson. Probablemente a muchos no le suene el nombre, pero esta mujer jugó un rol fundamental en el desarrollo de los viajes espaciales.
Katherine fue una brillante matemática que nació en 1918, en los Estados Unidos. Estudió matemáticas y francés en la Universidad Estatal de Virginia Occidental, donde se graduó con los máximos honores a los 18 años, en plena época de segregación racial. En 1953 comenzó a trabajar en la NACA, predecesora de la actual NASA, en donde junto a otras mujeres, también afroamericanas, se dedicaba a realizar complejos cálculos matemáticos a mano, razón por la cual fueron conocidas como las “computadoras”. La historia de este particular grupo de mujeres se cuenta en la película Talentos Ocultos, del año 2016, la cual incluso estuvo nominada a los premios Oscar.
En 1961, dichos cálculos permitieron trazar la trayectoria de la nave que llevó al espacio al primer astronauta norteamericano, Alan Shepard. Cuenta la historia que en 1962 otro astronauta, John Glenn, se negó a viajar al espacio hasta que todos los cálculos –que habían sido realizados antes con una computadora real– fueran verificados por Johnson. “Si ella dice que son correctos, entonces estoy listo para ir”, afirmó Glenn en ese entonces. Esa misión culminaría con la primera órbita de una nave norteamericana alrededor de la Tierra.
Más adelante, Katherine colaboró con la misión del Apolo 11, la cual culminó con la llegada de los primeros astronautas a la Luna, e incluso en 1970 ayudó con los cálculos necesarios para que los tripulantes del Apolo 13 –misión que sufrió un desperfecto en pleno vuelo– pudiesen retornar a salvo a la Tierra. Adicionalmente, trabajó en la elaboración de una veintena de artículos científicos. Katherine continuó trabajando en la NASA hasta su retiro, en 1986.
Por todas estas contribuciones, Johnson recibió en 2015 la Medalla Presidencial de la Libertad, de manos del presidente Barack Obama, mientras que en 2017 la NASA bautizó el recién inaugurado Centro de Investigación Computacional con su nombre.
El legado de Katherine, quien tuvo que luchar contra los prejuicios de género y de raza, cobra más valor hoy, cuando hablamos de igualdad de oportunidades para las mujeres. Según datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, durante 2018 solo 1 de cada 4 matrículas del área STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) fue ocupada por mujeres. Entre las causas de esta brecha están la falta de modelos a seguir, así como la percepción de las propias niñas de que su desempeño en ciencias es menor que el de sus pares masculinos. En la cercanía de un nuevo Día Internacional de la Mujer, recordemos a Katherine Johnson como un ejemplo para que muchas más niñas se inspiren a seguir una carrera científica.