El Mg. Pablo Ferrer, González, del Instituto de Psicología y Centro de Atención Psicológica (CAPS) de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt, a través de entrevista a periodista Constanza Hitschfeld de El Llanquihue, dio a conocer importantes alcances sobre el encierro en el contexto del coronavirus y el impacto de éste en las personas. PArte de esa entrevista fue publicada en la edición del día domingo 12 de abril de este medio.
¿Cuáles pueden ser los problemas de estar encerrado mucho tiempo?
En un encierro particular como el de esta cuarentena – hoy voluntaria-, el estar encerrado tiene preocupaciones singulares que pueden generar dificultades específicas: la incertidumbre, la excesiva exposición a noticias relacionadas con la pandemia, lo cambiante que han sido las medidas que se toman para enfrentar la situación, qué ocurre con las rutinas, entre otros.
Por ello, es importante, primero que todo reconocer que estamos frente a una situación poco común, en donde es normal que se presenten sentimientos de frustración, angustia o estrés, pero que frente a ellos existen medidas que se pueden tomar preventivamente.
¿Qué puede provocar la falta de luz?
La falta de exposición a la luz natural, especialmente en un porcentaje pequeño de la población, puede llegar a producir dificultades en el estado de ánimo que pueden perdurar en el tiempo. En las condiciones actuales, podemos aprovechar los espacios de luz existentes en nuestros hogares e incluso estos momentos, podrían ser parte de las instancias de pausa diaria que son requeridas para mantener una buena Salud Mental.
No hay que olvidar que la Salud Mental es un estado de bienestar que depende mucho de la percepción de las personas sobre lo que les produce malestar o bienestar. Es por ello que, más allá de que la luz nos afecte o no de manera directa en nuestro ánimo, si percibimos que los espacios de luz nos ayudan a mejorar nuestra disposición a enfrentar el día a día, esto se convierte en una necesidad que debemos abordar tal y como nos permitimos dar tiempo a otras tareas en nuestra rutina.
¿Cómo puede afectar a las personas primero el estallido social y segundo la emergencia sanitaria por Covid-19?
Como toda situación que no se elabora, verbaliza y tematiza en la cotidianeidad, estos dos eventos críticos pueden tener un impacto en el posicionamiento de las personas frente a diversos ámbitos de la vida: académico, laboral, familiar, etc. y promover la aparición de situaciones de Salud Mental derivadas e incluso de Trastornos de Salud Mental.
No obstante, como toda situación crítica, los cuestionamientos que se generan desde ambas crisis (una sanitaria y la otra social, aunque muy vinculadas) pueden servir como gatillantes para reflexionar y dar espacio a diversas situaciones problemáticas, que tienden a acumularse como elementos tensionantes en nuestra vida diaria y que tendemos a no darles el suficiente lugar dentro de nuestras conversaciones. Por ejemplo: qué rol entregarle a la productividad laboral y la vocación; qué rol asignar a las prioridades familiares en términos de necesidades básicas y qué importancia dar a las necesidades emocionales, psicológicas e incluso espirituales de ese grupo familiar; qué es prioridad para mí hoy; qué me permite alcanzar el bienestar, entre otros.
En tiempos de cambio y crisis, la oportunidad de sembrar las bases de una nueva forma de hacer las cosas desde un lugar reflexivo puede ayudar a sostenernos y no solo eso, a prepararnos para actuar y construir una sociedad, una familia, un entorno laboral, etc. distinto una vez que las condiciones sanitarias lo permitan.
Si se dan los espacios para hablar y escuchar, ayudamos a que los efectos negativos de la crisis sean menores e incluso nos pueden llevar a reflexionar sobre nuestras acciones y cómo podemos ser actores de cambio en futuros eventos críticos.
¿Qué recomienda hacer para combatir los efectos negativos de la cuarentena?
Establecer una rutina regular con tiempos de descanso, de ocio, de trabajo. Es importante reconocer en este esfuerzo que se trata de una rutina “regular” pero no “normal”. Es una nueva rutina que las personas y sus familias crean para sobrellevar el encierro.
Por lo mismo, no debe empezar, desarrollarse, ni de terminar de la misma forma que lo haría un día común, requiere que se incorporen espacios de descanso y ocio dentro de las tareas regulares, establecer momentos e instancias de conversación familiar en que se puedan expresar emociones libremente, flexibilizar de forma moderada los horarios de comienzo y fin de las jornadas, limitar la exposición a noticias relacionadas con la pandemia y tratar de establecer espacios de calidad con las personas con las que se encuentra encuentro sobrellevando el encierro tanto de forma presencia como remota por ejemplo a través de videollamadas.
Breve reseña del entrevistado
El Mg. Pablo Andrés Ferrer González es docente del Instituto de Psicología y Centro de Atención Psicológica CAPS de la Universidad Austral de Chile, Sede Puerto Montt.
Psicólogo magíster en psicología, mención psicología clínica infanto juvenil, Universidad de Chile, colaborador Alianza Chilena Contra la Depresión (ACHID).
Se ha desempeñado en cargos de gestión en Salud, en la Secretaría Regional Ministerial de Salud, Región Valparaíso, donde cumplió funciones como Coordinador de la Unidad de Salud Mental de dicha SEREMI y también como Encargado Regional del Programa Nacional de Prevención del Suicidio en la misma institución, asumiendo la labor de levantar la iniciativa a nivel regional e instaurando un trabajo centrado en la prevención, notificación y e intervención en casos de intentos de suicidio y suicidios consumados.
Participa de la formación de facilitadores comunitarios en Prevención del suicidio, junto al equipo regional de la ACHID, en diversas instituciones y es colaborador de la Mesa Técnica Regional de Salud Mental, de la SEREMI de Salud, Región Los Lagos».