La científica con especialidad en genética evolutiva de poblaciones de organismos acuáticos mediante uso de marcadores moleculares, ha realizado recientemente una relevante investigación en torno a la «Almeja», investigación difundida por BíoBíoChile.cl, Publimetro.cl y otros medios.
Casi por casualidad, -o por serendipia como se dice en ciencia- un estudio genético terminó demostrando que a simple vista se puede distinguir si una almeja es macho o hembra, contrario a lo que decía la ciencia hasta ahora. El descubrimiento es clave para simplificar el estudio de su población y comportamiento de los bancos naturales.
El reciente descubrimiento científico hecho por la Doctora Marcela Astorga, investigadora del Instituto de Acuicultura de la U. Austral de Chile, podría ser la clave para el mapeo y conservación de la especie, con algo tan simple como poder diferenciarla sexualmente a simple vista.
Hasta ahora, la ciencia afirmaba la inexistencia de dimorfismo sexual, esto es diferencias en rasgos fenotípicos (tamaño, forma o coloración) entre machos y hembras de una misma especie, de la almeja Ameghinomya antiqua.
Sin embargo, la investigación dirigida por la Dra. Marcela Astorga, académica del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile (UACh), sede Puerto Montt y directora del Doctorado en Ciencias de la Acuicultura de la misma casa de estudios, comprobó lo contrario.
La almeja Ameghinomya antiqua, conocida anteriormente como Venus antiqua, es un tipo de molusco bivalvo, es decir, cuyo cuerpo está protegido por dos conchas (valvas), que se cierran sobre las partes blandas del interior. Esta almeja, que se distribuye entre la zona costera de la ciudad de Valdivia y Punta Arenas, es fundamental para la economía nacional por ser, de los moluscos bivalvos de bancos naturales, el de mayor extracción.
En la ciencia existe un concepto llamado serendipia, esto es un hallazgo inesperado que se produce cuando se está buscando algo diferente. Fue así, de casualidad, que la Dra. Astorga señala haber detectado la existencia de diferenciación sexual en esta especie.
Durante un monitoreo realizado por la Dra. Astorga y su equipo en la costa chilena, desde el sur de Perú hasta Punta Arenas, en el marco de un proyecto Fondef que desde 2016 buscaba analizar la distribución, genética de poblaciones y la proporción entre sexos de la almeja, detectaron, sorpresivamente, una diferencia entre machos y hembras.
“Nosotros íbamos sexando, esto es definir el sexo de la almeja abriéndola, ya que externamente esto no es posible. Al abrir tantas almejas, empezamos a detectar un patrón de diferenciación de color entre hembras, que presentaron una gónada blanquecina, y machos que, presentaron gónadas anaranjadas. Entonces, comenzamos a corroborar todas las almejas al microscopio y vimos que el patrón se mantenía”, seañló la Dra. Astorga.
La investigación evidenció un dimorfismo sexual en la almeja a partir de la recolección de un total de 456 individuos en Carelmapu y 430 individuos en Quellón, ambas localidades situadas en la Región de los Lagos, Chile. Los individuos, recogidos durante septiembre de 2016 y agosto de 2017, fueron posteriormente seleccionados por maduración sexual y examinados en el laboratorio de microscopía de la UACh, sede Puerto Montt.
Manejo sustentable del recurso
Ameghinomya antiqua es una almeja de valor esencial para Chile. La extracción de ésta es realizada exclusivamente por la pesca artesanal, a través del buceo.
A pesar de su importancia económica, social y cultural, este recurso no cuenta con normativas regulatorias para su extracción, es decir, no existe veda. Esto se convierte en un problema para la sustentabilidad futura de un recurso marino que durante los últimos 15 años ha visto sus bancos naturales reducidos y, en algunos casos, desaparecidos.
“En los últimos 20 años se ha ido gradualmente reduciendo los volúmenes de extracción, es una evidencia directa. Hay un caso dramático en Ancud, donde los bancos desaparecieron, hubo una extinción local. La primera hipótesis es la sobreexplotación: la presión de los pescadores sobre el recurso hace que los bancos naturales no alcancen a reponerse”, explicó la académica del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral, UACh.
La identificación del sexo de una especie es central para la evaluación de bancos naturales, permitiendo conocer la proporción existente entre machos y hembras, dato que determina la posibilidad de repoblar. El hallazgo de la Dra. Astorga y su equipo se vuelve un antecedente esencial para la identificación rápida (sin uso de microscopía) del sexo de A. antiqua, permitiendo un monitoreo biológico-pesquero más efectivo del recurso.
En lo que sí era parte de su estudio, la doctora Astorga derribó otro mito: esta almeja -venus antiqua- no está en todo Chile, sino que sólo entre Valdivia y Punta Arenas. Lo que se encuentra en las caletas del centro y norte es la taca, especie con un aspecto muy similar en su exterior, y que se consume mayoritariamente en las zonas inmediatas.
Uno de los desafíos para conservar el equilibrio de la población de almejas, es encontrar el punto donde su extracción no supere la capacidad del banco natural para la repoblación adecuada. Además, en las costas chilenas se encuentra una proporción 50/50 entre machos y hembras. Lo ideal, dice Astorga, es la proporción de 3 hembras por cada macho.
Fuente: Portal Bío Bío Chile
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