El reportaje se realiza en el Hatchery de Invertebrados Marinos del Instituto de Acuicultura de la Sede Puerto Montt (HIM-UACh), el que contempla diferentes salas de cultivo con equipamiento y suministro de agua de mar, aireación y sistemas de recirculación para el cultivo de moluscos bivalvos, gastrópodos y cefalópodos.
A través de diversos proyectos científicos públicos y de la institución universitaria, esta área de investigación liderada por el Dr. Uriarte ha desarrollado una interesante investigación que tuvo su más relevante logro el año 2013 cuando se cerró el ciclo de cultivo del Pulpo Rojo patagónico, hito mundial sucedido en estos laboratorios de la Sede Puerto Montt.
Cultivo en Hatchery
En el invernadero del HIM-UACh se reciben a los pulpos reproductores, que son capturados por pescadores artesanales de la localidad de Hueihue, en Ancud (Isla de Chiloé). Los pulpos se trasladan en un estanque con agua de mar, individualizados en bolsas, y con inyección de oxígeno durante todo el trayecto.
A continuación, son separados por sexo, los machos presentan el tercer brazo derecho modificado en lo que se llama hectocotilo, que a través de este brazo o hectocotilo depositan los espermatóforos (contiene los espermartozoides) en la zona de la glándula oviductal de la hembra.
Los estanques del invernadero, cuentan con control de temperatura a 11 °C constante, que se regula a través de una bomba de calor.
A continuación, se seleccionan los reproductores machos y hembras que van a pasar a la sala de acondicionamiento reproductivo donde son alimentados ad-libidum (saciedad) hasta que alcanzan la maduración gonadal completa, aproximadamente después de 3 a 4 meses, que es cuando dejan de alimentarse y buscan una guarida.
Previo a ello, se cruzan machos con hembras, para que las hembras sean fertilizadas, y luego de unos 10 días comienza la puesta de huevos en racimos en las guaridas.
A partir de este momento, comienza la incubación de huevos por la hembra, que no los abandona hasta que eclosionen las paralarvas, esto es entre 4 a 5 meses. Todo este periodo de tiempo la hembra cuida su puesta y no abandona la guarida, por tanto no se alimenta. Cuando las paralarvas eclosionan del huevo, la hembra termina su tarea de incubación, y muere.
Las paralarvas se cultivan en estanques de 20 L, a 11 °C durante 3 a 4 meses hasta que se asientan o cambian de conducta plantónica a la bentónica. Para ello, se utilizan unidades integradas de un sistema de recirculación conectado a un Chiller, un UV, un espumador y a un filtro biológico. Se alimentan con Artemia enriquecida con microalgas y con microencapsulados (tema abordado a través de la tesis Doctoral de César Torres).
El académico destaca que “un problema que hemos detectado es que en los primeros 30 días se produce mortalidad que es atribuida no solo a la dieta y sistemas de cultivo, sino que también a la conducta caníbal de estos organismos (tema abordado por la tesis doctoral de Viviana Espinoza).”
Al cabo de 3 a 4 meses de cultivo paralarvario, las larvas adoptan un cambio de conducta planctónico a uno bentónico, donde se van al fondo de estanque y buscan una guarida para protegerse, en este caso le suministramos una “T de PVC” (una guarida artificial). De aquí en adelante, la paralarva se transforma en juvenil bentónico creciendo levemente durante 50 a 60 días, para a continuación dispararse el crecimiento. Finalmente, se obtienen ejemplares adultos de talla comercial de 2,5 a 3 kg al cabo de 2,5 años desde la fase de puesta de huevos.
El académico Iker Uriarte destaca que “todos estos avances, se han logrado con su equipo de trabajo conformado por el Dr. Jorge Hernández, la estudiante de doctorado Viviana Espinoza, y estudiantes de pregrado María Teresa Hernández y Omar Vía; a quienes se ha sumado la investigación del equipo de Nutrición liderado por la Dra. A. Farías, investigadores colaboradores de Instituciones nacionales y extranjeras contrapartes, y el financiamiento de los proyectos adjudicados desde 2005 (FONDEF; FONDECYT, DID entre otros); y de las empresas participantes.”
Finalmente destacó el investigador que “los siguientes proyectos en pulpo se centrarán en hacer más eficiente el cultivo paralarvario. A objeto de conseguir una producción importante de paralarvas y juveniles de pulpo para proyectos de engorda, y así complementar la producción pesquera de pulpo.”